El ADN de un video corporativo profesional

Genetistas del video marketing

Cual mosquito conservado en ámbar, el ADN de un video corporativo profesional se ha mantenido intacto a lo largo de los años. Si no te ha chocado lo suficiente leer esta frase anterior, para un momento y vuelve a leerla. Parece mentira, casi una barbaridad. El mundo de la publicidad y el marketing, ese complejo crisol que absorbe tendencias y bebe del resto de sectores, que siempre está en continua actualización y nunca descansa (si fuera una ciudad, sería Gotham), resulta que tiene nichos que han mantenido su esencia intacta a lo largo de los años. O, al menos, eso dicen en Voel.

No, no hemos escrito estas palabras tras una velada celebrando el cierre de un rodaje inolvidable en Perú. No, eso ocurrió ya hace unos años. Hemos redactado todas y cada una de estas letras a conciencia, y es que la sangre de un video corporativo profesional ha sido, es y sigue siendo la misma desde los albores del video marketing. Y esta no es otra que la formada por la tríada calidad de imagen-sonido-iluminación.

No es tan obvio como parece, ni tan sencillo como se lee.

Nadie da duros por pesetas

Seguro que es algo que has oído decir a tus abuelos o a tus padres. Incluso un cuñado rezagado, o un hermano con la etiqueta de ‘hermano mayor’ enconada, la habrá dicho más de una ocasión.

Pese a lo obvio que pudiera parecer, en Voel podemos asegurarte, de un modo tajante, que un proyecto ‘infrapresupuestado’ siempre adolece de alguno de estos tres pilares. Tal vez las cámaras o las tomas no son las mejores para sacarle el máximo partido al producto, los micrófonos y el mezclador de sonido no aporta la limpieza exigida, o la tecnología de iluminación es insuficiente para que tu identidad corporativa deslumbre. Tal vez hubieran hecho falta algunas jornadas más, o más cámaras, o más focos. Pero, para valorar esto, hay que identificar el problema que tenemos, ser conscientes de su solución y reconocer su valor. No se trata del más barato, sino del más rentable.

Por supuesto, estos tres pilares no lo son todo en un proyecto audiovisual y, en concreto, en un video corporativo profesional. Detrás de cada rodaje y proyecto está la experiencia y el valor del equipo humano, el objetivo que se persigue, el público al que nos dirigimos, la planificación del mensaje y un arduo trabajo de investigación para conocer el tono y lenguaje del sector para el que vamos a transmitir. Todo ello tiene un nexo en común que tampoco hemos de olvidar: la creatividad.

Video corporativo profesional, o mejor nada

En un proyecto de video marketing no se disfruta del viaje si no se alcanza la meta. En esta hoja de ruta en la que se traduce la necesidad del cliente, solo importan los medios en la medida en que se consigue el objetivo propuesto. De nada sirve una pieza de calidad si se dirige a un público que no es el que interesa a nuestra marca, por ejemplo. Y, por las mismas razones, tampoco sirve cualquier video por espectacular o económico que sea.

En todas nuestras reuniones donde tratamos el presupuesto con nuestros clientes, somos totalmente sinceros en este punto: Anotamos tu objetivo y escuchamos tus ideas. Después, podemos prepararte el presupuesto que necesitas, o el que quieres. Ambos son muy diferentes, pero los dos tienen dos cosas en común: te garantizan el objetivo perseguido, aunque por supuesto poco tiene que ver el impacto capaz de generar uno y otro, o los medios. Y ambos proyectos cumplen los estándares de calidad de un video corporativo profesional como lo entendemos en Voel. Si ninguno de los dos se ajusta a tu presupuesto, preferimos decirte que será mejor esperar a otro momento o plantear otro contenido menos ambicioso, en vez de hacer el archiconocido ‘coge la pasta y corre’. No, a veces es mejor esperar para poder hacerlo bien, a hacerlo de cualquier modo y prescindiendo de la calidad en alguno de esos pilares: calidad de imagen-sonido-iluminación no son opcionales, son el ADN de todo video corporativo profesional.