¿Cuánto tiene que durar un video corporativo?

Extensiones subjetivas, pero estratégicas

La duración de los videos corporativos y, en general, de cualquier video, es un debate que siempre está a la vanguardia de las estrategias de video marketing. La información e inputs que recibimos muchas veces son numerosos, e incluso contradictorios: los usuarios exigen un contenido cada vez más frugal y efímero, las redes sociales premian con un mejor posicionamiento los videos más largos… Son muchos los clientes de nuestra productora audiovisual que nos preguntan acerca de la duración óptima de un video corporativo, y lo cierto es que no hay una respuesta única e infalible. Como con todo, al margen de que el mensaje que se quiera transmitir sea más complejo o menos, depende del público al que nos dirigimos de lo que él entiende por ‘corto’ o ‘largo’.

El ‘momento’ del cliente

Antes de dar una respuesta a la pregunta con la que comenzamos este artículo, es imprescindible definir esa parte de nuestro cliente objetivo. Lo primero es saber si ya nos conoce o no. Si sabe lo que necesita o no. Si sabe lo que quiere. Si lo lleva buscando con anterioridad.

Todos estos detalles van a decantar la duración del video hacia un lado u otro y, aunque no se trata de una regla irrompible, la extensión de una pieza audiovisual puede ser mayor en la medida en que ese cliente ya conozca tu marca o empresa. Esta idea responde a una cierta lógica: si tu cliente te conoce y quiere saber más de ti, lo lógico es pensar que su actitud será proactiva hacia la visualización de un video de marca de mayor extensión. Por el contrario, un potencial cliente que te conoce por primera vez, seguramente quiera saber única y exclusivamente aquello que quiere oír, y será por ende más exigente con la duración de un video corporativo.

Nuevos visitantes vs Clientes

Si lo que buscas con tu video es asegurar el máximo de visualizaciones, el video ha de ser corto. Sobre todo, como ya hemos comentado, si buscas darte a conocer a potenciales clientes y usuarios que no te conocen, a ti o a tus productos. En este punto, el video lo que ha de buscar es generar interés y posicionar tu marca, recabar datos y leads para futuras campañas de remarketing. Por supuesto, no hablamos de un único video corto, sino de una estrategia de video marketing compuesta por una serie de piezas, que poco a poco impacten en el top of mind del consumidor hasta hacerlo ‘pasar de fase’. Para bien o para mal, esto solo se consigue con calidad y constancia en los contenidos.

Una vez completada esta primera etapa, podemos recurrir a videos corporativos explicativos, por ejemplo, que sirvan para ayudar al potencial cliente y lo acompañen en las dudas que le puedan surgir. En esta fase, los visitantes ya nos conocen y los hemos estado impactando con pequeñas píldoras o piezas que han logrado despertar su curiosidad y percibirnos como un interlocutor interesante, por lo que es hora de preparar el terreno para la acción. Aquí, por tanto, los videos pueden ser algo más extensos.

Por último, de los potenciales clientes anteriores, un porcentaje llegará a este último nivel, donde los sueños se cumplen, los objetivos se alcanzan, y las inversiones son rentables. Aquí los videos han de generar el máximo valor para nuestros clientes, a través de videotutoriales de nuestros productos o servicios, entrevistas a nuestro equipo, testimonios de grandes cuentas o cualquier otro tipo de video corporativo, donde planteemos el problema de nuestro ‘verdadero cliente’ y la solución.

Como siempre, hablamos de estrategias de video marketing.

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