Las ventajas del video marketing

Un universo de posibilidades

Las productoras en Madrid, las productoras en Málaga, las productoras en Granada… Todos los que nos dedicamos al video marketing y la publicidad audiovisual sabemos que contamos con el ‘caballito ganador’. Pero esto no quiere decir que la carrera esté ganada porque tu montura sea poderosa. Ninguna carrera se gana hasta que se cruza la meta, e Internet está lleno de estrategias de marketing inacabadas que pagaron muy caro su soberbia.

Como cuando hablamos de una tienda online, contar con una pieza audiovisual no va a hacer que los clientes entren por la puerta o concluyan el ‘funnel’ de tu ecommerce. El video marketing es mucho más que eso: video marketing significa la utilización de una serie de videos de una duración variable -nunca superior a los tres minutos- que cumplen unos fines concretos previamente expuestos con un objetivo claro. Solo así el ‘caballito ganador’ sabe hacia donde tiene que correr -más y mejor que nadie-.

El video marketing del siglo XXI post-COVID

No es ninguna barbaridad decir que nueve de cada diez consumidores considera el video una herramienta útil, informativa y decisiva en el proceso de compra. El engagement, fidelización e impacto que genera ha hecho que el video marketing ya no se plantee como una acción aislada, sino como una acción de marketing duradera y planificada a medio-largo plazo. Una estrategia de video marketing abarca normalmente doce meses; doce meses en los que las piezas audiovisuales que se planteen siguen una estrategia ambiciosa, con resultados, estadísticas, micro-objetivos y una gran meta final.

En este sentido, son las redes sociales el medio principal donde el consumidor visualiza estos videos: Youtube -el segundo buscador más usado del mundo-, Facebook, Instagram, Twitter, TikTok, Pinterest… Todas estas plataformas basan ya, si no todo, gran parte de su contenido en el formato audiovisual.

¿Cuáles son las ventajas del video marketing?

Por supuesto, la primerísima gran ventaja del video marketing radica en su aceptación generalizada. Los usuarios de redes sociales -y también los que no- están más que familiarizados con el formato audiovisual, aceptando su presencia y valorando su contenido. Por ello, la clave hoy día no está en llegar al máximo de audiencia posible, sino al público potencial.

En segundo lugar, el video es un elemento interactivo, que nos hace partícipes de la situación que expone, nos transmite emociones y nos ‘habla’ directamente. Con las redes sociales, permite medir las reacciones al instante, recibiendo comentarios, retuits, mensajes o shares. Y lo único que requiere es un simple ‘Play’.

Ligado a lo anterior, tenemos dos ventajas que difícilmente poseen otros medios: la capacidad de viralización y la emotividad. Conectar con las emociones de nuestro consumidor no solo logrará acceder a su Top of mind, sino que favorecerá la viralización de la pieza -aunque esto último no ha de ser el objetivo principal a seguir-.

Las últimas ventajas que recogemos en este artículo van adscritas al potencial del video a la hora de hablar de ROI o retorno de la inversión. Hay datos que cifran en un 40% el aumento de posibilidades de venta de un producto tras haber visualizado un buen video sobre él. Junto a esta cifra, otro dato que Google hizo público hace un tiempo: el video ayuda al posicionamiento del contenido y la marca, por lo que se traduce directamente en un aumento de la relevancia de mi producto, de visualizaciones, de clicks al sitio web, de formularios de contacto enviados…

Un ‘caballito ganador’… si está en manos de un gran jinete.

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