Lo que no es el video marketing
Las cosas que no son, no son
Es curioso definir algo por lo que no es. De hecho, a cualquiera que haya estudiado algo de marketing, si le preguntas por estas ‘definiciones negativas’, te dirá que solo las uses como excepción, porque en la cabeza del usuario suele primar el ‘no’ al ‘sí’, y acaba ocurriendo que quien te lee recuerda aquello que le negaste, pero no el mensaje positivo que querías transmitir.
Este no es el caso. Llevamos ya suficientes artículos a nuestras espaldas como para saber de sobra que no quieres que te repitamos nuestra definición de video marketing. Además, al fin y al cabo, no es un concepto tan complejo, ¿no? No es como la neuroplasticidad, por ejemplo.
Así que, por esta vez, y aunque solo sea por esta vez, vamos a hablar de lo que no es el video marketing.
Noes muy claros
Video marketing no es un video, ni tampoco una retahíla de videos, ni mucho menos un video muy caro. Video marketing ni siquiera es un video que te ha reportado un beneficio. Y, por supuesto, lo que no es video marketing es considerar un video barato o caro, en vez de rentable o no.
Un video corporativo profesional, por ejemplo, que no conecta con un público objetivo predefinido, que no genera emociones y que carece de una llamada a la acción, no es video marketing. De hecho, ni siquiera es profesional, pues la profesionalidad requiere, sí o sí, una estrategia.
Un video no es un ‘aquí te pillo y aquí te mato’. Si para el próximo proyecto audiovisual que necesita tu empresa, a quien preguntes, no te pide datos sobre tu marca y tu cliente tipo antes de darte precio y decirte cómo se realizaría el video, no sigas. Ese video no va a cumplir tus expectativas y, peor aún, no va a lograr su objetivo. Habrás tirado el dinero y, para colmo, creerás que el video marketing es un rollo más de los ‘marketeros’. Es como creer que la diferencia entre el presupuesto más elevado y el más bajo está solo ahí, en el precio. Parafraseando a Exúpery y su Principito, como renegar de las flores porque con una te pinchaste, como renunciar a tus sueños porque uno no se cumplió.
Pero, después de esta pequeña licencia literaria un poquito moña, volvamos a lo que no es video marketing. ¿Sabes lo que tampoco es? Video marketing no es un anuncio de esos que puedas ver en la tele en modo ‘taladradora’. No es una pieza pensada para ver en modo ‘rest’, sin un objetivo de entretenimiento ni una segmentación previa. No es una creación de la que luego no puedas medir sus resultados para poder aprender, mejorar, escalar, reinvertir y explotar.
Video marketing tampoco es limitarte a Youtube porque sea el buscador número uno a nivel audiovisual. Tampoco lo es difundir tu video en todas tus plataformas sociales, páginas web, perfiles, foros y lo que se te ocurra más.
No es nada de eso.
Ni amos, ni amas de llaves
Y por encima de todo, lo que no es el video marketing es siembra de hoy, cosecha de mañana. No lo es. No de mañana mismo.
El video marketing no es un sprint, ni tampoco un ‘arreón final’. No es un atisbo de conexión con el público en una pieza aislada y se acabó. Igual que un buen martillazo no esculpe ninguna escultura.
No es hablar, no es ‘tendencias’, no es ‘fórmula infalible’, ni tampoco llave maestra. No lo es, al igual que no existen dos empresas iguales, con dos clientes exactamente iguales, con unos principios idénticos, con una misma propuesta de valor.
El video marketing no es nada de eso, y si estás de acuerdo con nosotros, entonces vamos a tener mucho de qué hablar…
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